El Día del Padre nunca volvió a ser el mismo. José Madero, con su inconfundible estilo de melancolía elegante, regresa con una balada que no solo duele, sino que también reconcilia. “El Méndigo Día del Padre” es su más reciente lanzamiento, y viene acompañado por una colaboración inesperada y poderosa: Mijares.
💔 Entre la pérdida y la gratitud
La canción es una carta abierta. Es ese nudo en la garganta que no pudimos decir a tiempo, ese “te quiero” que se volvió eterno por no haberlo pronunciado. La letra no se va por las ramas: habla directamente del miedo a la pérdida, de la inevitabilidad del duelo y de la fuerza del vínculo entre padre e hijo.
“No te me mueras así, pues todavía te necesito…”
Una frase como esa no se canta: se siente. Se lleva en la espalda. Y en la voz de Madero y Mijares —dos generaciones distintas, unidas por la sensibilidad—, cada palabra pesa.
🎼 Un José Madero más vulnerable
Acostumbrados a su estilo introspectivo, críptico y a veces sarcástico, este tema se siente distinto. Aquí no hay máscaras, no hay metáforas cargadas de capas ocultas. Solo hay dolor y amor, como si fueran la misma cosa. Musicalmente, es una balada minimalista, guiada por el piano y arreglos sutiles que no buscan deslumbrar, sino sostener la emoción.
👨👦👦 Para quienes no celebran, pero recuerdan
“El Méndigo Día del Padre” es para quienes ya no tienen a su padre, para quienes tienen una relación complicada con él, o simplemente para quienes saben que los vínculos no siempre se explican con palabras. Es una canción que no endulza la tragedia: la abraza.
¿Vale la pena escucharla?
Sí. Pero hazlo con tiempo, en silencio, y con los sentimientos a flor de piel. Porque si algo logra esta canción, es que no pase desapercibida.